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martes, 21 de diciembre de 2010

ப்றேகுண்டஸ் ய ரேச்புச்டஸ்?

(Preguntas y respuestas)

Como es arriba es abajo y tanto es a la izquierda como a la derecha.
Estás son dos leyes de un antiguo libro, más de 4000 años, escrito por un tal Hernes Trimegisto, en el Kibalión, estás y otras como la ya conocida ley de Causa y efecto.

En ellas se explica en definitiva que todo lo que nos pasa, pasó o va a pasar, es consecuencia de lo que alguna vez hicimos o estamos haciendo. Seguro alguna vez escuchamos: pasó en el momento menos esperado, en ese momento yo no estaba preparado.
Lamentablemente tengo que decirte que nada pasa si no tiene que pasar.

Todo es parte del aprendizaje y este puede llevarte a actos que jamás creíste ibas a hacer, o jamás ibas a olvidar entonces trata de entender ¿porque y para que? Si no hay respuesta a la vista, sabe que nadie que vive en la oscuridad puede hablarte de lo beneficiosa que es la luz, y nadie que vive en la luz puede decirte las contras de vivir en la oscuridad, donde te toca vivir, en esta situación sea donde sea no es para otra cosa que para que aprendas a vivir con ella o... con su ausencia.

Y da la vuelta después de todo, date cuenta que todo apunta a aprender a amar, dirás: ¿eso que tiene que ver? La respuesta es TODO, todo tiene que ver con el amor, aprende a amar la luz y su recuerdo cuando solo veas oscuridad, aprende a buscar el lejano atisbo de luz que va a guiarte hacia él, porque el amor es la luz, la ausencia de él nos oscurece la vida, el rencor, la envidia, el odio, son la ausencia de amor, son la oscuridad.

Difícilmente se encuentre algo que a uno no le interesa, al amor no se lo busca sino que se lo encuentra, pero es tuya la decisión de abrir los brazos al perdón, y en el perdón está la luz y luz es el amor y básicamente, donde hay luz no puede haber oscuridad.

Y más allá de lo algunos credos digan el amor puedes encontrarlo en todas partes, despréndete de tu “yo” de tu “ego” y mira a tu alrededor que el amor, está.
Amor hay en la naturaleza, en tu mascota o en una flor, un árbol o el canto de un pájaro, en el beso que recibes o en el beso que se dan, en la sonrisa de un niño que compartes tu pan, ¿y si no es un niño? Lo será en el momento que compartas tu pan.
Y me fui del tema... es que el amor da para hablar mucho, como una palabra tan simple y básica puede ser y es tan completa.

En definitiva, no somos nadie para que alguien nos explique porque y para que, fíjate que la respuesta la tienes, tan solo pregúntate porqué y para qué.
Y para todos los que celebran el nacimiento de Jesús el día 25 les deseo una muy feliz navidad, haya sido o no el día de su onomástico, ya que la excusa para celebrar bien lo vale.
Y para el año nuevo, sabemos que medio planeta no lo celebra el 31 de diciembre pero la otra mitad si.
Por lo tanto será otra excusa para presionar “reset” y comenzar otro año lleno de oportunidades para seguir amando o aprendiendo a hacerlo.
¡Feliz año nuevo!