El día después

Cuando realmente empezamos...

Ante la conocida muerte la noticia para los que estamos en este plano suele ser demasiado triste, pero la verdad es que la costumbre transmitida de generación en generación occidental nos hace pensar que es lo peor que nos puede pasar, morir.

La muerte es el final de un ciclo donde puede habernos ido bien o no.
Voy a ser en la comparación demasiado... simple, básico tal vez pero la idea es que sea simple para entender.

Comparemos la vida como a un campeonato de fútbol donde los equipos luchan y se esfuerzan por ganar, pero solo uno lo conseguirá.
¿Que pasaría si al terminar el campeonato los que no consiguieron el titulo lloraran, se deprimieran y quisieran ir a robar el titulo o trofeo usando la fuerza? ¿sería valido? No.
Esa sería la forma de ver a la muerte y al suicidio la forma de ver a quien quiso robar el título que solo conseguirá ganando el campeonato.

Algo así es la vida, un campeonato que debemos jugar y ganar ya que abandonar suicidándose solo hará todo más difícil para los que eso deciden y traerá dolor a los que se quedan.

Solo morirá, a la edad que sea, así será los 20, 90 o 110 quien haya terminado su tarea.
Quien mucho vive tiene dos motivos o excusas, una es acabar con su tarea, el otro es enseñar a que otros la cumplan.

Asignar las tareas a cumplir nonos corresponde a nosotros, solo debemos entender que abrir los ojos nos mostrará nuevos caminos poque terminar el que nos gustaba no significa necesaria mente terminar nuestra tarea, y no va a ser de otra que llamándonos a abandonar nuestro cuerpo mortal, creamos que está bien o no, hay gente que a tenido 8 infartos hasta morir, fue gente que no quería abandonar este plano, pero fin, significa fin.

Podemos ocupar el lugar de otro que acompañara mejor a nuestros afectos y abandonar los también es enseñarle.

Muchas teorías y cuadros y palabras sin completa veracidad hay y habrá sobre las facciones ciertas, el color del pelo y ojos de Jesús, pero sus palabras y enseñanzas sobrevivirán a través de los siglos.

Debemos ser recordados por nuestras enseñanzas, por lo que hemos hecho o conseguido, nuestras facciones serán pasajeras lo demás, lo perteneciente a nuestro cuerpo nunca será tan bien recordado.
Dicen que los buenos se van al cielo, Dios se los lleva.

Ciertamente eso es cierto ya que terminó su tarea.
¿porque no dejar que disfrute su victoria el que así lo consigue?
Recuerda que a veces la mejor manera de ayudar a alguien, es no ayudándolo...
A veces eso es lo que hacen los que se van, nos obligan a aprender.