buscador de almas y otras cosas ;)

Búsqueda personalizada

jueves, 14 de julio de 2011

Otros vicios... nuestros

Por experiencia, sé que la fuerza de voluntad es lo necesario para dejar atrás cualquier esclavitud, en algunos casos, cuando no manda nuestra fuerza de voluntad ni nuestra decisión, para terminar con un vicio es necesario que nuestra palabra sea fuerte, tenga determinación y sea la última, sin discusión. Es mucho más difícil que decir puedo salir y no lo hago, o tengo que ir a comprar, puedo hacerlo pero no voy a ir.

Enfrentar la adversidad no escondiéndola, ni escapándole. Puedo decir a alguien: "No tendrás más dinero para comprar nada y gastar en ese vicio". Pero hay casos en los que eso no funciona, creo que el vicio no se debe enfrentar a través el dinero o la posibilidad concreta de acceder a él, si no que pudiendo acceder no hacerlo, se enfrenta a través de de ser el "patrón" y el "jefe" de uno mismo.

Sin tener ninguna intención de ser ejemplo de nadie ni de nada voy a contarles como dejé de fumar.

Cierto día me di cuenta que el tabaco como yo lo estaba consumiendo me estaba haciendo más daño del que yo creía, y tomé otra vez la decisión final, o sea hubo intentos anteriores que terminaron en nada, en mi caso fumar creía que era un refugio, era algo intimo entre un cilindro blanco al que yo creía contarle mis penas... y yo ¿?

-No hay que ser muy inteligente para darse cuenta que nada de eso era cierto.
...Y cuando lo veo desde afuera me siento un idiota, algunas veces me dije basta, pero no funcionó, en el primer kiosco compraba más, y seguía gastando dinero y salud, entonces me dije, en mi día laboral no voy a fumar ni a comprar, porque lo haré cuando regrese.

Y así fue, pasé el día tocando los bolsillos de mi saco buscando cigarrillos, acercándome a los negocios para comprar, pero me había prometido y le había prometido al paquete (¿...?) que no le iba a ser infiel, si, esa fue la primera excusa, no serle infiel.

Esa noche cuando llagué a mi casa, me dije : ¡Si! Aquí está, esperando por mi... ¡Pude!... Entonces entendí que si yo fumaba el único que iba a esperar por mi iba a ser el médico, porque esos cilindros blancos son solo eso, cilindros blancos...

Miré el paquete, quedaban seis, di la espalda a mi falso pensamiento de la espera del doctor, y cuando estaba por encender el cigarro, me dije: Pensar que no los saqué de casa, podría haber comprado más, pero fui fiel, ¿A quién? ...A mi, fui fiel a mi palabra, eso es lo único importante, yo fui quien lo decidió.

Entonces, guardé el cigarrillo que había tomado, y le dije a mí paquete: Te guardaré hasta mañana, tienes seis cigarrillos. Como un loco enamorado, usé al paquete para probarme a mi mismo, para probar el valor de mi palabra.
Hace de esto más de seis años, a veces de casualidad veo mi caja de cigarrillos aún con seis y ya no siento que le fui fiel a él, siento orgullo, al menos en eso, de haber sido fiel a mi palabra.
Esa fue mi historia, real, muy loca tal vez, pero si la locura sirve para darme unas horas o días más tal vez, de disfrutar mi vida y de quienes amo, entonces valió la pena, valió.
Recuerda que un hombre cuya palabra no vale, no vale nada...
¿Tú vales?

Y sobre todo que así como yo tardé en entender cuanto vale la libertad de TU SER los vicios te la quitan, q no sea tarde para ver con el corazón, preguntate si se está haciendo tarde... animate a responder, se hace tarde?
La respuesta es
No, porque nunca es tarde.